Educación Pública en México.
El mayor desafío para la educación
pública mexicana es la calidad, además, a nivel internacional, se reconoce que
los sistemas educativos, exceptuando el sistema japonés, han cambiado muy poco
pero, mal de muchos, es consuelo de tontos. También es notorio que la educación
pública se mantiene alejada de los cambios que en materia organizacional, se
vienen presentando desde hace muchos años. Los conceptos como desempeño,
decisiones participativas, resultados, calidad en el servicio y eficiencia no
han sido de uso común en las escuelas públicas. Aunque las escuelas públicas
tienen asegurada su clientela, pase lo que pase, independientemente de los
resultados, la responsabilidad de educar con calidad no debe dejar de ser prioridad
nacional pues de ello depende el progreso de México.
En la educación pública mexicana, a
los estudiantes y a los padres de familia se les mantiene alejados de los
procesos de cambio y de modernización y de todo lo que pasa en la escuela. Es
común ver en las escuelas públicas de nivel primario, a los padres de familia
que llegan hasta la puerta de la escuela y de allí, de la puerta hacia adentro,
su participación es nula. El presupuesto público de educación solamente prevé
tres rubros: el pago a los maestros, la construcción de aulas con equipamiento
básico y la producción de libros de texto gratuitos. Conceptos como
mantenimiento, limpieza, papelería, gises, borradores, material deportivo y
recursos didácticos, no se contemplan como costos de operación en cada plantel.
Si se necesita mejorar el edificio escolar pintándolo o construyendo aulas
adicionales, ello se debe solicitar al presidente municipal o al gobernador del
estado haciendo para ello labores de gestoría y formulando peticiones para lograr
un apoyo que se considera especial en lugar de considerarse como un gasto
regular. Muchas veces, a los maestros no se les dota de los materiales básicos
para el desempeño de su trabajo, en ocasiones ni de escritorio o silla. Como si
el ingeniero tuviera que aportar sus propios instrumentos de trabajo o la
secretaria su propia maquina de escribir o su computadora.
En las escuelas públicas, la edad
promedio de los pizarrones es la misma que la de la construcción del plantel
pues no existe ningún tipo de reposición programada o no programada, de tal
modo, a mayor edad del plantel, corresponde mayor grado de deterioro del
edificio y el mobiliario, a menos que el director, los maestros y los padres de
familia promuevan actividades para recolectar fondos para el mantenimiento del
plantel.
El nombramiento de los directores de
las escuelas públicas no está sujeto a una evaluación del perfil profesional ni
de la capacidad para desempeñar las actividades propias del puesto de director
y normalmente tampoco recibe capacitación previa o cursos de inducción. El
nombramiento lo recibe el maestro que tenga derecho conforme al escalafón. Por
otra parte, la jornada laboral del maestro se ha convertido en el equivalente a
la jornada escolar y por ello, no hay tiempo disponible para la planeación, la
organización y la capacitación. Además la jornada escolar con frecuencia se ve
interrumpida por reuniones sindicales, reuniones con padres de familia, el
cumpleaños del director, la celebración del día de algo o, en contados casos, eventos
de índole académica.
En la práctica, el maestro nuevo es
asignado a los primeros grados y a los maestros experimentados se les
encomiendan los últimos y paradójicamente, aunque se reconozca que se requiere
la mejor habilidad pedagógica en los primeros grados, se envía a éstos, a los
maestros con menos experiencia. El maestro reconoce al director como la primera
y más directa autoridad, de él recibe instrucciones y orientación para el
desempeño de su trabajo. La jerarquía del director es fuerte y se impone por
encima de cualquier tipo de criterios. El maestro reconoce al director como un
maestro de mayor experiencia académica y laboral por lo cual le merece respeto.
En las escuelas públicas de nivel
preescolar, primaria y secundaria, no existe una manera sistemática de comparar
los resultados de un maestro contra su trabajo anterior o contra el de sus
colegas; no hay registro institucional histórico con información adecuada. Como
el alumno egresado va a continuar estudiando en otra escuela y tiene que mostrar
en el nuevo plantel los conocimientos y habilidades que realmente adquirió, a
los alumnos que cursan el sexto grado en la primaria, o el tercero en la
secundaria, se les otorga especial atención en un último intento por lograr que
salgan ?lo mejor preparados?.
La relación entre padres de familia y
maestros se desarrolla con dificultades, el maestro solicita el apoyo de los
padres de familia cuando se requiere una aportación económica o cuando el
alumno o alumna está creando problemas por motivos de conducta. Los conflictos
con las sociedades de padres de familia, cuando éstas existen, tienen su razón
frecuente en el manejo de los recursos económicos.
Definitivamente, es imprescindible
mejorar la educación pública y lograr resultados satisfactorios, para ello, se
requiere una nueva forma de hacer las cosas, el director tiene la posibilidad y
la responsabilidad de ejercer su liderazgo para el cambio hacia la calidad.
Lograr una cultura de calidad en la escuela, precisa, además del liderazgo del
director, del trabajo armónico y sistemático de los maestros, los alumnos y los
padres de familia.
¡Muy buen trabajo!, gracias por la información.
ResponderEliminarRegina ¬¬
ResponderEliminara los padres de FAMILIA solo nos quieren para el aspecto monetario y se les olvida que somos ciudadanos del "Tercer mundo" con un salario de menos de $100.00.el estado juró que daría educación "gratuita"ahora que cumpla,NO es la mejor porque es mediocre como el gobierno "Laico (ateo)"
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo
ResponderEliminarSolo Vi desventajas, el tema no es acordé con el título y las ventajas?
ResponderEliminarPésimo servicio
ResponderEliminarEs triste no identificar las ventajas, pero muy buen trabajo.
ResponderEliminar